En la actualidad todo ocurre a una velocidad tan rápida que es muy difícil asimilar los cambios. El tiempo, el amor y la vida, según Zigmunt Bauman, son líquidos. Todo cambia a un ritmo acelerado, pero todo sigue manteniéndose en el mismo lugar y de la misma forma. La realidad nos obliga a navegar a larga distancia pero seguimos mirando…