Ante la propuesta por parte de la Editorial Algaida de escribir un libro dedicado a facilitar la Prueba de Acceso a la Universidad, maduró el proyecto de elaborar algo más que una guía al uso y de carácter escolar con el fin de ofrecer un material que mantuviera abierta la posibilidad de que los alumnos transitaran por los caminos del pensamiento.
La lectura de un texto filosófico es especialmente interesante porque su grado de complejidad va a favorecer que el lector joven lo lea con paciencia, de ir a la contra de la forma rápida y voraz en que se leen los mensajes de móvil, de la forma en que se suceden las escenas de las series de televisión o como transcurre el tiempo de sus vidas. A pesar de la función eminentemente práctica, era necesario ofrecerles un material de calidad y de músculo filosófico para que los alumnos jóvenes elaboraran sus propios materiales, mejoraran su capacidad de leer, interpretar y pensar.